Atado purificante salvia blanca. Símbolo de protección y sanación. Gran purificadora del cuerpo, mente, espíritu y ambiente. Nos aporta paz y armonía a nuestro ser.
Equilibra o elimina energías de baja densidad. Calma nuestro sistema nervioso. Ayuda a controlar la ansiedad.
Los atados pueden variar en tamaño y forma debido a que son 100% naturales.
Ventilar después de su uso. No inhalar el humo directamente.
Este atado es de 11 cm.
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1 PEDIDO = 1 ÁRBOL PLANTADO ¿que significa?
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Atado purificante salvia blanca. Símbolo de protección y sanación. Gran purificadora del cuerpo, mente, espíritu y ambiente. Nos aporta paz y armonía a nuestro ser.
Equilibra o elimina energías de baja densidad. Calma nuestro sistema nervioso. Ayuda a controlar la ansiedad.
La Salvia tiene el poder de eliminar vibraciones negativas, purificando nuestros campos de energía y trayendo la claridad y fuerza suficientes para seguir firmes en nuestro caminar.
Nos ayuda cuando podemos estar intoxicados por energías estancadas o patrones de pensamientos negativos y obsoletos.
La salvia blanca o salvia apiana tiene una acción purificadora, ayudando a neutralizar y equilibrar el ambiente, así pues, se ha utilizado desde tiempos atrás para armonizar, purificar y energizar espacios. Es una planta sagrada utilizada por los nativos norteamericanos durante siglos y realizada a mano, que llevaban a cabo ceremonias a través de su quema para purificar tanto su cuerpo como sus almas.
Este atado es de 11 cm.
Cómo usar el atado
El ritual de purificación es una práctica universal.
- Necesitas un manojo de salvia desecada atado con algodón, una pluma o abanico y un cuenco para recoger la ceniza que sea resistente al calor, como una concha Abulón.
- Enciende una extremidad del atado, preferiblemente con una cerilla. Sopla para avivar el fuego y deja que se apague. ¡Cuidado con las chispas! Luego colócalo encima de la concha.
- Sahumar: acerca el humo a las personas que participen en el ritual. Con la pluma, dirígelo a la cabeza, los brazos, las piernas, la espalda...
- Limpieza: recorre el espacio a purificar con el cuenco, dispersando el humo con la pluma. Hazlo llegar donde tu intuición te guíe.
Recuerda que la intención es la base de cualquier sahumerio: si tu corazón es puro y tu anhelo noble, potenciarás sus efectos.
Ventilar después de su uso. No inhalar el humo directamente.